Día 9 en Nueva York: Perder el miedo a perder el avión.
La despedida y los aprendizajes de los últimos días.
20 de Septiembre de 2024
La aventura ha llegando a su fin. Es la última mañana en Nueva York y la vamos a exprimir al máximo.
Ahora mismo, estoy escribiendo este diario desde el avión de vuelta después de haberme despedido del lugar de mi vida.
Si necesitabas una señal para viajar a Nueva York, es esta.
Hemos ido a la zona del Rockefeller para comprar unos donuts en Dough Donuts, un sitio maravilloso, y desayunar tranquilamente en Bryant Park.
El café, comprado en el kiosco de Bryant Park, nos ha costado casi 6$, pero ha sido un desayuno muy chachi mientras disfrutábamos de la mañana en el parque.


Hemos buscado una perspectiva del Empire para hacer una foto que vimos en Instagram (sí, no me escondo), pero no la hemos encontrado. Aunque, como siempre pasa en Manhattan, hemos encontrado otras perspectivas que también son geniales.
Hemos vuelto temprano al hotel a por nuestras maletas y nos hemos dirigido, por última vez y despidiéndonos de Hell’s Kitchen, hacia la 42st a coger el metro que nos llevaría a Jamaica Station, donde cogemos el tren hacia al JFK.
Y… si. Hemos esperado 4h en el aeropuerto a nuestro vuelo, que encima se ha retrasado…puedo llegar a ser un poco agonías con los horarios y tenía miedo a que perdiéramos el vuelo. En Manhattan el transporte público funciona muy bien, pero también pasan muchas cosas y nunca sabes qué te puede deparar el destino.
Ahora bien, desde aquí, desde el avión pienso: ¿Qué es lo peor que hubiera podido pasar? Que hubiéramos tenido que esperar uno o dos días más para poder volar por haber perdido un vuelo y bueno, la peor parte, habernos gastado una pasta en el vuelo de vuelta.
Si algo estoy aprendiendo es que los problemas que se solucionan con dinero, no son problemas. Así que, ya tengo un propósito para 2024, que está a punto de llegar: dejarme llevar más, sobre pensar menos y “fluir” permitiendo a la vida y al destino que, en cierto modo, me puedan sorprender.
Si algo he aprendido en este viaje es que disfrutar y permitirte hacerlo es importante. Que tener sueños y metas es primordial y que la motivación es el motor de nuestras vidas.
Si algo he vuelto a aprender en mi segunda vez en Manhattan es que no hay sueños imposibles. Que no hay metas que no se puedan cumplir siempre que trabajes por y para ello. Que el mundo está lleno de posibilidades y que alcanzarlas solo depende de nosotros.
Me despido de este diario con un hasta pronto, por que si algo he aprendido también es que esta ciudad estará en mi corazón para siempre y que esto no se queda aquí. Que hablar de Nueva York me llena y me hace feliz. Que conocer más sobre su historia me evade de la rutina y del estrés diario.
Así que sí, seguiré escribiendo y compartiendo lo que he aprendido en este viaje en pequeños episodios que voy a ir escribiendo cuando necesite encontrar ese espacio de refugio donde “escapar” del círculo vicioso del día a día que algunas veces nos come.
Gracias por haber llegado hasta aquí. ¡Hasta pronto!